La sociedad está cobrando conciencia de las múltiples maneras por las que puede prestar apoyo al desarrollo sostenible y proteger el medio ambiente.
Gobiernos, científicos y organismos internacionales llaman la atención sobre la importancia del suelo, que constituye la base de más del 90% de la producción mundial de alimentos.
Uno de cada ocho habitantes del planeta pasa hambre, y por ello es vital para la seguridad alimentaria mundial que el suelo se gestione y restaure convenientemente.
El suelo también es fundamental para el desarrollo sostenible y sirve de sustento para los servicios del ecosistema, la conservación de la biodiversidad, la adaptación al cambio climático y la mitigación del mismo.
Cada minuto, el proceso de desertificación engulle 23 hectáreas de suelo terrestre, otras 5,5 resultan transformadas por la actividad de urbanización (lo cual altera gravemente las funciones del suelo), mientras que otras 10 sufren degradación, a raíz de lo cual el suelo pierde su capacidad para sostener las funciones del ecosistema.
En términos humanos, el suelo es un recurso no renovable. En la práctica, se está desposeyendo a la tierra de su cubierta a un ritmo mucho más rápido del necesario para regenerarla, lo cual plantea una amenaza directa para la sostenibilidad.
En todo el planeta se observa un declive constante de la calidad del suelo, y el acceso desigual a los suelos fértiles hace peligrar el medio de sustento de una gran porción de la población de las zonas rurales.
Esa tendencia provoca inseguridad alimentaria, la contaminación de recursos hídricos, desertización y una mayor vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos.
Global Soil Forum
Frente a esta situación está actuando el Global Soil Forum (GSF), que ha iniciado un proceso de impulso a la transformación de los conocimientos sobre el suelo en intervenciones prácticas. Además, el GSF se hace oír en los debates nacionales e internacionales que giran en torno a las políticas pertinentes, abogando por medidas de gestión del suelo que contribuyan a lograr un desarrollo sostenible y un acceso equitativo a este recurso finito.
En el 2015, este foro organizó en Berlín (Alemania) la primera “Semana Mundial del Suelo” (Global Soil Week), cuyo tema de reflexión fue “Soils for Life” y al que acudieron más de cuatrocientos representantes de gobiernos, científicos, organismos internacionales, empresas y organizaciones civiles.
Este acontecimiento tuvo lugar en el marco de la Alianza Mundial para el Suelo y ofreció la ocasión de ponerse al tanto acerca de las decisiones concernientes a la tierra y el suelo tomadas en junio de 2012 con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible.
El profesor Klaus Töpfer, director ejecutivo del Institute for Advanced Sustainability Studies (IASS, Potsdam, Alemania) y presidente del GSF, declaró: “Sin suelos fértiles, no se conseguirá ni seguridad alimentaria, ni una reducción de la pobreza ni mitigación del cambio climático ni adaptación a este.
La Semana Mundial del Suelo, el primero de esta clase de eventos, pide a políticos, autoridades dedicadas a la gestión de la tierra y a los ciudadanos que atiendan ya mismo el tema de la gestión del suelo y la tierra como un tema fundamental y prioritario”.
La conclusión de los debates del evento fue que era necesario actuar de manera urgente y coordinada para reforzar la ciencia y la tecnología, entablar colaboraciones orientadas hacia el cambio y concienciar sobre el tema.
Para lograrlo se propusieron varias acciones clave, entre ellas facilitar la comunicación entre la política científica y el público y convertir la Semana Mundial del Suelo en un proceso continuo.
También desarrollar un programa de actuaciones centrado en una gobernanza multinivel orientada hacia el logro de una degradación neta nula de la tierra y el suelo, una gestión sostenible de la tierra y el suelo, y una labor de comunicación que impulse el cambio.
“Debemos gestionar los suelos de forma sostenible. Hay muchas maneras de hacerlo. La diversificación de cultivos, practicada por la mayoría de los agricultores familiares del mundo, es una de ellas: así hay tiempo para que los nutrientes importantes se regeneren.
«José Graziano da Silva, Director General de la FAO
Fuente: ambientum.com, fao.org
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