La inteligencia emocional es la capacidad de comprender, utilizar y controlar nuestras emociones. La inteligencia emocional a veces se abrevia como CE (o IE). Así como un CI alto puede predecir puntuaciones altas en los exámenes, un CE alto puede predecir el éxito en situaciones sociales y emocionales.
Que es inteligencia emocional?
- No es ser simpático todo el tiempo.
- No es ser muy susceptible.
- No es ser emotivo
Es saber cómo se siente uno mismo y los demás, porque nos sentimos así, y que podemos hacer al respecto. IE Es nuestra capacidad de comprender nuestras emociones y utilizar su poder juiciosamente. Es la diferencia entre “Yo pienso” y “Yo siento”
La Inteligencia Emocional, un término acuñado por dos psicólogos de la Universidad de Yale (Peter Salovey y John Mayer) y difundida mundialmente por el periodista y escritor Daniel Goleman, es la capacidad de:
- Sentir
- Entender
- Controlar y
- Modificar …
……….estados anímicos,
- Propios y ajenos
¿Cuáles son las habilidades prácticas de la inteligencia emocional?
- Las habilidades prácticas que se desprenden de la Inteligencia Emocional son cinco, y pueden ser clasificadas en dos áreas:
- inteligencia intrapersonal (internas, de autoconocimiento).
- La autoconciencia (capacidad de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo)
- El control emocional(regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su exteriorización)
- La capacidad de motivarse y motivar a los demás.
- inteligencia interpersonal (externas, de relación)
- La empatía (entender qué están sintiendo otras personas, ver cuestiones y situaciones desde su perspectiva), y
- Las habilidades sociales (habilidades que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal, y que pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo).
Como se puede advertir por la amplitud de estas habilidades, la Inteligencia Emocional es útil en tiempos de bonanza, e imprescindible en tiempos difíciles.
¿Es bueno controlar las emociones?
Si por controlar se entiende la capacidad de adecuar la expresión emocional al contexto (situación y persona/s implicadas), la respuesta es afirmativa.
Si por controlar se entiende reprimir continuamente el sentimiento y/o manifestación de una o varias emociones que ‘no nos gustan’, esto puede conducir a desarreglos de la personalidad que no pueden ser considerados positivos.
¿Puede la inteligencia emocional modificar nuestro temperamento?
No, nuestro temperamento no puede ser modificado, pero muchas de nuestras expresiones temperamentales podemos aprender a controlarlas, bien reduciendo su intensidad o su duración, o ambos aspectos simultáneamente.
¿Es bueno, en alguna circunstancia, reprimir las emociones?
Si por reprimir se entiende ahogar toda manifestación de un sentimiento o emoción, la respuesta es que, a juzgar por las evidencias somáticas y psicológicas, no es bueno reprimir las emociones, salvo en casos extremos en donde sea imperioso hacerlo, pero en estos casos se trataría de reprimir la manifestación exterior de la emoción, y no su llegada a la conciencia.
¿Existen emociones negativas y positivas?
No podemos calificar a las emociones como ‘negativas’ o ‘positivas’ prescindiendo de todo contexto en el que ellas se producen.
En principio, podríamos pensar que la ira, por ejemplo, es una emoción negativa que, idealmente, sería bueno no experimentar jamás. Sin embargo, las emociones son un mecanismo de supervivencia implantado por la inteligencia y manifestado en la evolución de las especies, la cual ha permitido a nuestros antepasados mamíferos sobrevivir hasta hoy, y que también a nosotros nos permite seguir sobreviviendo.
¿Las emociones pueden modificarse a voluntad?
No siempre.
Existen emociones tan fuertes y repentinas que no pueden disociarse de su manifestación física, y esto es un mecanismo que la evolución ha impuesto a nuestro organismo, por razones de supervivencia, y obviamente no podemos modificar a voluntad.
En cambio, las emociones que se basan en sentimientos y/o procesos de pensamiento y razonamiento (rencor, ansiedad, tristeza, etc.) sí pueden ser controlados y cambiados, pero también dentro de los límites impuestos a cada temperamento.
¿De qué manera las emociones pueden afectar la salud?
La mayoría de las emociones implican cambios fisiológicos notables, cuya frecuente repetición lleva comúnmente a trastornos somáticos (o físicos), y de hecho buena parte del stress (si no la mayoría) no es otra cosa que stress emocional.
¿Influyen las emociones en mi rendimiento?
Sí,
No hay prácticamente esfera alguna de la actividad humana que no se vea influida (para bien o para mal) por las emociones: ni el aprendizaje, ni el rendimiento laboral, ni el rendimiento deportivo, ni la creación artística.
¿De qué manera influyen mis emociones en el trabajo/profesión?
Las emociones determinan, el nivel de rendimiento de que somos capaces, en estado de equilibrio o desequilibrio emocional, así como determinan qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros pares (trabajo en equipo).
Las emociones determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo y/o la empresa.
Cómo la inteligencia emocional puede ayudar a enfrentar nuestras responsabilidades?
- 1) ¿Es posible la responsabilidad careciendo de control emocional?
En el trabajo, la demostración máxima de responsabilidad personal puede ser tomar el mando de nuestro propio estado de ánimo. Enojados recordamos con más facilidad los incidentes que sólo apoyan nuestra ira
- 2) ¿Se nutre la responsabilidad de nuestra energía emocional?
En el mundo de trabajo, de manera creciente, vemos señales de decaimiento emocional
Las emociones ejercen una poderosa influencia sobre el pensamiento, la memoria y la percepción. Un líder debe poder manejar sus estados de ánimo
3) ¿Qué relación hay entre la responsabilidad y el fracaso?
La responsabilidad se prueba en los fracasos. Cuanto más caídas se sufre más rápido se avanza…
Desde el punto de vista de la Inteligencia Emocional, la responsabilidad se prueba en los fracasos, abarcando sus distintos aspectos:
- Autoconciencia: superando el miedo o la culpa, para seguir adelante.
- Control emocional:evitando reacciones o desbordes que perjudican la moral de grupo.
- Motivación y persistencia: recordando que el éxito es la suma de pequeños esfuerzos… Que se repiten día tras día.
- Empatía: sabiendo escuchar y comprendiendo, formas adecuadas para mantener la armonía en las relaciones.
- Liderazgo:reconociendo, con ecuanimidad y paciencia, que los fracasos son una fuente de aprendizaje. Como expresó el filósofo friedrich nietzsche: ‘no hay fracasos, sólo hay lecciones’.
expresado en una fórmula sintética:
Fracaso = aprendizaje = trabajo = éxito.
La inteligencia emocional y la excelencia en el trabajo
Ruth Jacobs y Wei Chen, investigadores de Hay/McBer en Boston analizaron datos tomados en 40 compañías, a fin de evaluar el peso relativo de una aptitud dada en cuanto a destacar a las estrellas de los trabajadores promedio.
Resultados: la mayor potencia en aptitudes puramente cognitivas aparecía con una frecuencia 27% mayor en las estrellas que en los trabajadores promedio, mientras que la mayor potencia en aptitudes emocionales era un 53% más frecuente.
En otras palabras: las aptitudes emocionales eran dos veces más importantes para la excelencia que el intelecto puro y la pericia.
Richard Boyatzis (de la Weatherhead School of Management, en la Case Western Reserve University) realizó un estudio clásico, efectuado sobre más de 2,000 supervisores, gerentes del nivel medio y ejecutivos de 12 organizaciones diferentes.
De las 16 habilidades que distinguían a las estrellas de los mediocres, todos, menos dos, eran aptitudes emocionales.
Lyle Spencer Jr., director internacional de Investigación y Tecnología en Hay/McBer. El análisis de Spencer incluye estudios de aptitud en 286 organizaciones: dos tercios en Estados Unidos y un tercio en otros 20 países. Los puestos analizados incluyen cargos gerenciales, de supervisor a director ejecutivo; personal de ventas y comercialización; profesiones científicas y técnicas; atención de la salud, gobierno y educación, y hasta organizaciones religiosas.
De 21 aptitudes genéricas identificadas por Spencer, todas, menos 3, se basaban en la Inteligencia Emocional. De las 3 aptitudes puramente cognitivas, 2 eran intelectuales: las capacidades analíticas y el pensamiento conceptual. La tercera era pericia técnica.
En otras palabras: la gran mayoría (más del 80%) de las aptitudes generales que diferencian a los trabajadores superiores de los mediocres dependen de la Inteligencia Emocional, no de la capacidad puramente cognitiva.
Marilyn Gowing, directora del centro de recursos personales y desarrollo, dependiente de la Oficina de Manejo de Personal de Estados Unidos, supervisó un exhaustivo análisis de las aptitudes que parecían diferenciar a los trabajadores superiores de los apenas aptos en casi todos los empleos federales.
Robert Buchele, por otra parte, economista especializado en trabajo del Smith College, calculó la proporción entre la aptitud técnica y las habilidades interpersonales que distinguían a los trabajadores sobresalientes, desde los puestos más altos hasta los más bajos.
En los empleos de nivel inferior (empleados de compras y auxiliares de oficina), se requerían principalmente capacidades técnicas. Pero en los cargos más elevados (puestos profesionales o gerenciales), las capacidades interpersonales tenían más importancia que las técnicas en cuanto a caracterizar los desempeños estelares.
Y para estas ocupaciones de alto nivel, cuanto más avanzara la gente en su cargo, más importantes se tornaban las capacidades interpersonales (pero las técnicas no) en cuanto a distinguir el desempeño superior del ordinario.
La inteligencia emocional en la organización
¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras?
¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual y que se destacan en su profesión, no pueden aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso?
¿Por qué algunas personas tienen más desarrollada que otras, una habilidad especial que les permite relacionarse bien con otros, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia?.
¿Por qué unos son más capaces que otros de enfrentar contratiempos, o superar obstáculos y ver las dificultades de la vida de manera diferente?
Aprovechar la inteligencia emocional no implica estar siempre contento o evitar las perturbaciones, sino mantener el equilibrio: saber atravesar los malos momentos que nos depara la vida, reconocer y aceptar los propios sentimientos y salir airoso de esas situaciones sin dañarse ni dañar a los demás
El mapa cerebral de la emoción
Guardado en las capas más profundas del cerebro, su base de operaciones se encuentra en el sistema límbico.
Compuesto a su vez por la amígdala, que se podría definir como el asiento de toda pasión.
Está rodeado por el neocórtex, el asiento del pensamiento, responsable del razonamiento, la reflexión, la capacidad de prever y de imaginar, simplificando un poco las cosas, se podría decir, por ejemplo, que el impulso sexual corresponde al sistema límbico y el amor al neocórtex.
Cómo elaboramos un sentimiento emocional?
Las emociones, son reacciones psico-físicas momentáneas. Los sentimientos engloban emociones pero les añaden duración.
¿Cómo? Asociándolas a un pensamiento, imponiéndoles un ‘significado psicológico’.
La fórmula que construye el sentimiento es la siguiente:
EMOCIONES + PENSAMIENTO = SENTIMIENTO EMOCIONAL
(Activación física) + (Etiqueta cognitiva) = sentimiento emocional
Por ejemplo, si cuando entras en una sala donde hay un grupo y todos se ríen, tienes una respuesta física emocional (activación) y puedes pensar muchas cosas:
‘He hecho el ridículo’ = sentirás miedo
‘Se están divirtiendo, vamos a pasarla bien’ = sentirás alegría
‘Son maleducados’ = sentirás enojo
‘Creo que les gusto porque al entrar yo se han alegrado’ = sentirás aprecio
Entonces, habiendo revisado lo que es la inteligencia emocional, sus elementos, algunos estudios e investigaciones y sus implicaciones en el entorno laboral, en una siguiente entrega, hablaremos un poco más de las emociones y los componentes de la Inteligencia emocional.