La actitud de valorar lo sencillo

Casi nunca somos conscientes de lo felices que somos mientras lo estamos siendo. Solemos recordarlo y valorarlo después; esa comida familiar a la que te daba flojera ir y que finalmente fue muy divertida, llena de risas, anécdotas que cuando ocurren aún no sabes que se quedarán para siempre contigo.

Esa tarde, en la que acabas riéndote a carcajadas con los amigos hasta que te duele la panza, un día en el que piensas que no te falta nada, mientras estás tumbado sobre la arena de la playa y el sol cálido acaricia la piel.

Ese tipo de instantes en los que disfrutas tanto que no te paras a valorar, y que algunos, ni del hambre nos acordamos.

Ya muy trillado pero muy cierto, la felicidad no se mide por el dinero que tenemos o dejamos de tener: sino por aquellas cosas sencillas que no cambiaríamos ni por todo el dinero del mundo.

Yo estaría de acuerdo en que cuanto mas sencilla sea nuestra forma de vida, menos preocupaciones tendremos, pero realmente la clave no es llevar la vida sencilla, sino ser sencillos de pensamientos e identificar que es lo importante.

Para algunos, lo esencial es el buen comer, para otros el buen vino, para otros divertirse con amigos, y así muy variado, de tal forma que todos tenemos cosas que jamás cambiaríamos ni por la mas increíble de las riquezas. Como la vida con los hijos, con la pareja, con los hermanos, y acaso algunos hasta con las mascotas.

Debemos ser conscientes que la vida no nos la pone fácil, en ocasiones, aunque lo más importante sean los hijos, por cumplir el trabajo, impide estar todo el tiempo que desearíamos.

La realidad es que llevar una vida plena y consciente es saber entender en qué momento de la vida se está, y en sentir el presente, el aquí y ahora.

El placer de lo simple es una actitud, tan es así, que no todas las personas saben disfrutar de las cosas sencillas que le ofrece la vida.

Disfrutar del placer de lo simple es una actitud que muchos cultivan porque ya disponen de una adecuada paz interior y sin artificios.

De ahí lograremos conciencia y descubriremos placeres que no habíamos tenido en cuenta, aquí algunos ejemplos:

•           El placer de las buenas amistades.

•           De un “buenos días” y una caricia inesperada.

•           De una risa contagiosa.

•           De ese viento embriagador después de una tormenta.

•           De un sol que se oculta en un silencio absoluto.

•           De un despertar de domingo sin ninguna preocupación en la mente.

•           Del olor a tierra mojada.

•           De las hojas chocando entre ellas cuando el viento las mueve.

•           Del silencio.

•           Del sonido del mar y sus olas opacando el ruido del mundo.

•           De un animal durmiendo sin preocupaciones en el sillón.

Debemos practicar esta sencillez de pensamiento y emociones en el día a día, porque cuando se encuentra esa felicidad interna, ésta durará para siempre porque estará conectada a nuestro ser verdadero.

La Actitud e Valorar lo Sencillo

Bibliografía

Sabater, Victoria. (Sep. 2022) “Felicidad es saber apreciar las cosas sencillas de la vida”. Recuperado de la Mente es maravillosa.


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