El 16 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Tolerancia de acuerdo a la ONU, por ello aqui mencionamos algo acerca de la tolerancia.
Ser tolerante consiste en una actitud de positiva colaboración con el otro, de búsqueda en común de la verdad. Del otro lado, encontramos al manipulador, que, con una voluntad a ultranza, trata de convertir a los demás, en un medio para sus fines. Manipular es el antónimo de ser tolerante.
La tolerancia, al igual que cualquier otra virtud, debe ser manifestada con equilibrio, porque de no ser así, deja de ser una virtud para convertirse en todo lo contrario, es decir, en un defecto.
Cuando la tolerancia se expresa de un modo extremado, tanto si es por exceso, como por escasez, se incurre en un error y sus resultados son negativos.
Si somos excesivamente tolerantes, nuestro comportamiento será demasiado permisivo e indulgente con todo aquello que en realidad merece oposición. Podemos llegar a ser indolentes, flojos, faltos de voluntad, o en el peor de los casos, padecer de aboulomania
Si por contra, somos intolerantes, nuestra severidad hará enfrentarnos a todo aquello que requiere condescendencia y comprensión. Esto puede acompañar de intransigencia, fanatismo, autoritarismo y/o sordera.
En definitiva, la tolerancia, como toda virtud, se considera como tal siempre y cuando sea manifestada con equilibrio, algo propio de personas equilibradas cuya forma de pensar y por ende de actuar, están en sintonía con las Leyes Naturales que nos rigen.
Sin embargo, cuando hay dos cosas insoportables, la mentira y la falsedad, y contra eso es muy difícil actuar dentro de la ventana de la tolerancia.
Desgraciadamente vivimos rodeados de la mentira, la piadosa, la de promesas rotas, el autoengaño, a través de rumores, la imprecisa, la de distinto cristal y la velada, todo nuestro mundo se rodea de tan fea postura, de forma que, y aunque nos pese, forma parte de nuestro entorno, lo que debemos cuidar es que no forme parte de nuestros valores.
Encontramos ambientes o personas donde las falacias no parecen cobrarles factura y por ello, una y otra vez las utilizan para conseguir sus objetivos. No es difícil adivinar que esta forma de actuar de algunas personas proviene de donde se desarrollaron tanto familiar como laboralmente.
Si trabajas en un ambiente donde para crecer o avanzar debes manejar la manipulación, y la mentira en sus diversas formas, inconscientemente de ello, lo van a llevar a su ámbito familiar, personal o gremial. Probablemente, mentir se les ha normalizado, se les ha convertido en un hábito cada vez más arraigado.
Son mentiras a veces tan evidentes, formuladas de forma tan impune, que lo que antes llamaba la atención y producía rechazo, ahora se ha convertido en algo tan habitual, que se ha producido una especie de anestesia en algunas personas, amigos o compañeros.
Para ser tolerantes, cuando somos muy sensibles a las manipulaciones y la falsedad, será necesario desintoxicarnos de las mentiras que nos rodean.
Es posible que nos sirva de ayuda el desconectarnos un poco de ese ambiente tóxico, de esas puestas en escena que solo buscan amparar conductas que nunca admitiríamos en nuestra realidad cercana, en nuestra vida personal y familiar.
La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad.
Thomas Mann
Tolerar y respetar son fundamentales para la convivencia, pero, no es racional, aceptar la convivencia con aquellos que quieren destruir los valores y las costumbres sobre los que se sostiene nuestro entorno con valores.
Acerca de la Tolerancia
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