El 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos. Esta fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2008 para concienciar sobre la importancia de los océanos en la vida humana y la necesidad urgente de protegerlos.
Su objetivo es reconocer la importancia de los océanos en la salud del planeta. Porque los océanos cubren aproximadamente un tercio de la superficie del planeta, y son el auténtico pulmón del planeta Tierra. Generan la mayor parte del oxígeno que respiramos, absorben gran cantidad de emisiones de carbono, regulan el clima y ofrecen nutrientes.
Y están sometidos a una presión humana insostenible: sobreexplotación pesquera, polución marina, destrucción del hábitat, especies invasivas, el cambio climático, acidificación de los mares.
Las aguas oceánicas constituyen fuentes de vida de gran importancia e imprescindibles para el planeta. Es donde se originaron todos los seres vivientes que han evolucionado hasta convertirse en las especies que conocemos hoy. Por eso, la contaminación de los mares es un problema grave que ya está empezando a afectar a numerosas formas de vida y que puede hacer difícil la existencia de las generaciones futuras.
Actualmente delfines, tortugas, tiburones, mantarrayas y diversas aves son algunas de las especies que sufren por los desperdicios que se tiran en los mares. Con frecuencia se enganchan en redes plásticas o terminan ingiriendo objetos polímeros que los matan.
Veamos cuales son algunas de las formas o causas más perjudiciales de esta polución.
Productos químicos de industrias
Todos los desechos resultados de las industrias terminan tarde o temprano en el océano, ya sea que se trate de residuos industriales o agrícolas. Dichos desperdicios no solo hacen peligrar la vida marina, también contribuyen al calentamiento global, porque aumentan la temperatura de las aguas, además esto termina matando también a las plantas que sirven de sustento para muchas especies marinas.
Derrames de petróleo
La pérdida de petróleo en los mares es una de las causas más frecuentes de contaminación marítima. En su forma cruda es muy tóxico y tiene la capacidad de sencillamente asfixiar a los animales. Además no se limpia fácilmente. Por lo tanto, cuando se derrama, se queda allí por mucho tiempo.
No hay que dejar de lado que los miles de barcos que cruzan los mares causan contaminación acústica, la cual interrumpe el equilibrio en la reproducción de las especies.
Aguas residuales
Los ríos y los diversos ciclos de drenaje son otro origen de contaminación de los mares. Una de sus fuentes principales son los desperdicios mineros, que llevan hacia el mar minerales y metales pesados. Estos también corrompen la pureza de caudales destinados al consumo humano.
Minería oceánica
Aunque parezca increíble, desde la la profundidad de las aguas se extraen metales como puede ser la plata, incluso el oro, cobre, zinc o el propio cobalto, como consecuencia se crean acumulaciones sulfúricas que pueden abarcar unos 3 mil metros, e incluso más aún. Esto también afecta de forma muy negativa a la vida marina.
Escorrentía de la tierra y la contaminación de los mares
Esta forma de contaminación sucede cuando desechos absorbidos en la tierra llegan al mar por muchas causas, entre las que destacan: inundaciones, derretimientos o el agua de lluvia. La escorrentía arrastra residuos de pesticidas, fertilizantes y petróleo, por lo que se perjudica y pone en riesgo el desarrollo de la vida marina.
Basura tirada al mar
Hay otras formas mediante las cuales llegan al mar objetos indeseables. A veces se tira basura a los océanos, o algunos de los desechos en la tierra terminan en el mar debido al viento o al deslizamiento del agua. Como consecuencia, muchos animales terminan enganchándose restos de plásticos al cuello y otras partes del cuerpo que los lastiman y les provocan una muerte dolorosa.
Dióxido de Carbono y el cambio climático
Los niveles elevados de dióxido de carbono y los cambios climáticos es otra de las causas de la contaminación de los mares. Concretamente alteran los ecosistemas y las comunidades de animales que residente en los océanos. Es cierto que efectivamente el mar puede absorber el propio dióxido de carbono, el problema es que se emite continuamente, por lo que se supera su capacidad de recuperación.
El Día Mundial de los Océanos nos obliga a reflexionar sobre la relación entre los humanos y los océanos, y la necesidad de tomar medidas que aseguren su conservación y salud a largo plazo. Nos muesta la necesidad de unirnos en la protección y el cuidado de uno de los recursos más vitales del planeta