Las calaveritas literarias son una tradición mexicana relacionada al Día de Muertos en la cual mediante versos con rimas se expresan de manera burlesca algunos aspectos de la personalidad o bien defectos de la persona de una forma satírica.
Sin embargo a pesar de su amplia difusión actualmente en México, sus orígenes aparecen al final del virreinato.
Dibujo “La gran calavera eléctrica”, de José Posada pintada a principios del siglo XX.
El surgimiento, en la Época Virreinal
Los escritores mexicanos comenzaron a utilizar a modo de burla los largos y ostentosos nombres y epitafios utilizados por los nobles y poderosos de la época virreinal, realizando su propia versión, la cual por lo general se trataba de una crítica social dedicada a algún miembro del estado burlándose o bien reclamando a la persona hechos en favor de la comunidad.
Se afianzan en el México Independiente
Las calaveras como medio de expresión fueron reprimidas no solo en sus orígenes sino también durante el siglo XIX, debido a las burlashechas a los gobernantes que no podían ser dejadas pasar por alto.
Es una forma de expresión propia de la época en la cual en los periódicos alrededor del mundo realizaban ya caricaturas a modo de burla de los políticos y miembros de las casas reales debido a sus acciones o bien decisiones políticas.
Así México se une de manera especial a la crítica social que marcará las revoluciones de las décadas venideras alrededor del mundo.
Sin embargo es durante el México independiente que estas expresiones literarias cobran más fuerza, siendo publicadas alrededor de 1840 por primera vez en un periódico del país.
Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando cobran mucha más fuerza y comienzan a hacerse populares entre la población, acostumbrada a la inestabilidad política característica del país en sus primeras décadas de vida.
Es José Guadalupe Posada, un famoso ilustrador mexicano, quien nos da la famosa imagen de la Catrina o la Muerte que conocemos hoy en día, dándole ese toque burlesco propio de las calaveritas, haciendo sus ilustraciones un tradición que aún el día de hoy utilizamos en el día de muertos. Es el quien le da apariencia y vida a la Catrina en el imaginario colectivo mexicano.
Las calaveras en la actualidad
En la actualidad siguen siendo utilizadas y enseñadas a los niños en la instrucción elemental del país, son un legado de las tradiciones mexicanas, que ayudan a expresar sentimientos hacia una persona que en otros contextos probablemente serían difíciles de decir, pero qué mejor excusa que la celebración de Día de Muertos para expresar todo lo que tenemos dentro.
La catrina
La Catrina, originalmente llamada La Calavera Garbancera,1 es una figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego Rivera.
La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se empezaron a popularizar textos escritos por la clase media que criticaban tanto la situación general del país como la de las clases privilegiadas.
Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos, empezaron a reproducirse en los periódicos llamados de combate.
Estas eran calaveras vestidas con ropas de gala, bebiendo pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio.
Todas para retratar la miseria, los errores políticos, la hipocresía de una sociedad, como es el caso de “La Catrina”.
La palabra «catrín» definía a un hombre elegante y bien vestido, acompañado de alguna dama con las mismas características; este estilo fue una imagen clásica de la aristocracia mexicana de fines del siglo XIX y principios del XX. Es por ello que, al darle una vestimenta de ese tipo, Diego Rivera convirtió en su obra a “La Calavera Garbancera” en “La Catrina”.