Sobre no desistir y el Autoengaño

“No hay nada más fácil que el autoengaño. Ya que lo que desea cada hombre es lo primero que cree.”

—  Demóstenes

La zorra y las uvas

En una mañana de otoño, mientras una zorra descansaba debajo de una plantación de uvas, vio unos hermosos racimos de uvas ya maduras colgando delante de sus ojos. Deseosa de comer algo refrescante y distinto de lo que estaba acostumbrada, la zorra se levantó, se remangó y se puso manos a la obra para comer las uvas.

Lo que la zorra no sabía es que los racimos de uvas estaban mucho más altos de lo que ella imaginaba. Entonces, buscó un medio para alcanzarlos. Saltó y saltó, pero no conseguía ni tocarlos.

Había muchas uvas, pero la zorra no podía alcanzarlas. Tomó carrera y saltó otra vez, pero el salto quedó corto. Aun así, la zorra no se dio por vencida. Tomó carrera otra vez y volvió a saltar, pero nada. Las uvas parecían estar cada vez más altas y lejanas.

Cansada por el esfuerzo y sintiéndose incapaz de alcanzar las uvas, la zorra se convenció de que era inútil repetir el intento y sintió una profunda frustración. Agotada y resignada, decidió renunciar a las uvas.

Cuando se disponía a regresar al bosque, se dio cuenta de que un pájaro que volaba por allí había observado toda la escena y se sintió avergonzada. Creyendo que había hecho un papel ridículo en su intento de alcanzar las uvas, la zorra se dirigió al pájaro y le dijo:

—Yo habría conseguido alcanzar las uvas si hubieran estado maduras. Me equivoqué al principio pensando que estaban maduras, pero cuando me di cuenta de que estaban aún verdes, preferí desistir de alcanzarlas. Las uvas verdes no son un buen alimento para un paladar tan refinado como el mío.

Y así fue, la zorra siguió su camino, intentando convencerse de que no fue por su falta de esfuerzo por lo que ella no había comido aquellas riquísimas uvas. Y sí porque estaban verdes.

Notas

Esta fábula de «La zorra y las uvas», es una narración corta que ha perdurado a lo largo del tiempo por su relevancia en la reflexión sobre la naturaleza humana. Observamos que en ella, una zorra intenta alcanzar unas uvas que están fuera de su alcance y, al no poder conseguirlas, termina despreciándolas diciendo que seguramente están verdes.

Esta historia suele interpretarse como una representación de la actitud humana de menospreciar lo que no puede alcanzar, lo cual puede aplicarse a situaciones de la vida cotidiana donde la envidia o la frustración nos llevan a menospreciar lo que no podemos obtener.

Es una fábula que invita a la reflexión sobre la humildad, la aceptación de nuestras limitaciones y la importancia de no despreciar lo que está fuera de nuestro alcance.

También observamos que la zorra se engaña a sí misma al menospreciar las uvas que no puede alcanzar, convenciéndose de que están verdes para justificar su fracaso en conseguirlas. Este comportamiento refleja cómo a veces las personas tienden a autoengañarse para proteger su ego o para justificar sus acciones o percepciones.

En lugar de confrontar la realidad de que algo está fuera de su alcance o que han fracasado en conseguirlo, prefieren inventar excusas o descalificar lo que no pueden obtener.

Por lo tanto, la fábula puede ser vista como una advertencia sobre los peligros del autoengaño y la importancia de enfrentar la realidad con humildad y honestidad.

Moraleja:

Si tienes interés de verdad por conseguir algo, no desistas. Esfuérzate y persevera hasta conseguirlo, sin poner excusas ni fingir.

No te autoengañes, al final es una mentira, y cuando te acostumbras a distorsionar la verdad continuamente, llega un punto que el cerebro se adapta a la deshonestidad, y la mentira se vive como una realidad.

“El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera”.

-Alexander Pope-

Sobre no Desistir y evitar el Autoengaño


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *