Este 30 de Julio y según las Naciones Unidas, se festeja el día Internacional de la Amistad.
Nuestro mundo hace frente a muchos desafíos, crisis y fuerzas divisorias —pobreza, violencia, violaciones de los derechos humanos— que amenazan la paz, la seguridad, el desarrollo y la armonía social entre los pueblos de mundo y dentro de sí mismos.
Para abordar estos problemas, es necesario atajar las causas que los provocan, fomentando y defendiendo la solidaridad, que puede manifestarse de muchas maneras, como por ejemplo, la amistad.
A través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.
Dice Nicole Lavanchy «A medida que crecemos todo cambia, incluso la amistad.», y considero que tiene toda la razon.
Estar en la escuela es igual a amistad sencilla. Íbamos 5 días a la semana al mismo lugar durante más de 7 horas, teníamos los mismos amigos y, casi, los mismos temas en común, porque no conocemos mucho más que eso.
Sin embargo llega la etapa da la universidad, lo que es igual a amistad compleja. Ya no nos vemos todos los días, cada uno comienza a tomar un camino, sin embargo aún estamos todos (bueno, casi todos) estudiando y queda tiempo libre para vernos de vez en cuando.
Pero luego llega el momento de trabajar, lo que es igual a amistad verdadera. Aquí realmente cada uno decide tomar un camino distinto.
Las cosas se empiezan a poner más serias, hay matrimonios, hijos, largos viajes, e infinitos tipos de decisiones para tomar, por eso es que en esta etapa es donde podemos sinceramente ver a nuestros verdaderos amigos.
Porque es fácil mantener una amistad cuando estamos todos en el mismo lugar, cuando estamos en la misma parada, cuando hay mucho tiempo libre, cuando hacemos las mismas cosas, cuando tenemos los mismos intereses; lo difícil es lograr mantenerla cuando todo eso ha cambiado.
Cuando ya no somos los mismos y cuando nuestras opiniones son distintas, cuando nuestras decisiones de vida son distintas, cuando nuestros pensamientos, intereses, sentimientos y prioridades son distintas.
Una amistad verdadera se basa en el respeto y comprendimiento mutuo. Porque a estas alturas de la vida comprendemos que la amistad va mucho más allá de las cosas en común y de las circunstancias, sino que lo que importa es la admiración y ese lazo que no puede ser quebrado por nada del mundo, sin importar lo diferentes que las vidas de cada uno se vuelvan. Comprender eso además, no es sólo un signo de amistad, sino de madurez y de confianza.
Por otro lado, al reavivar amistades con personas del pasado, es importante estar conscientes de los riesgos que esto incluye; como la incompatibilidad debido a los cambios en las personas con el tiempo, expectativas no cumplidas, conflictos no resueltos y cambios de intereses. Al cultivar una amistad con personas del pasado, es fundamental comunicarse abiertamente y reflexionar sobre las razones detrás de esta decisión.
La eufória nos puede hacer vulnerables a chantajes emocionales ante un manipulador emocional por lo cual debemos estar alertas y reconocer algunas señales que estas personas utilizan como lo es; habilidad de oratoria, explotacion emocional, agresion a la autoestima y condicionamiento entre otros.
Lo importante es que no debemos olvidar que merecemos relaciones saludables, honestas y respetuosas.
Un abrazo a todos los amigos de antes y de ahora.