Dejar de desear, empezar a hacer y tomar el control de la propia vida, así lo identifica Bernie Roth en su libro “El hábito del Logro”
La Diferencia Entre «Tratar» y «Hacer»
En la vida, a menudo nos encontramos diciendo que vamos a «tratar» de lograr algo: desde iniciar un proyecto hasta mejorar en un aspecto personal. Sin embargo, esta palabra puede ser un obstáculo disfrazado de intención. «Tratar» implica un esfuerzo que, aunque válido, no lleva necesariamente al compromiso total. Es una zona de confort que nos permite justificar un posible fracaso incluso antes de intentarlo.
Por otro lado, «hacer» significa tomar acción, asumir responsabilidad y comprometerse plenamente con el resultado, sin importar los desafíos que puedan surgir. Mientras «tratar» deja espacio para la duda, «hacer» elimina las excusas y nos enfoca en los pasos concretos hacia nuestras metas.
El cambio de mentalidad entre «tratar» y «hacer» no solo transforma nuestra manera de actuar, sino que también fortalece nuestra confianza. Cuando nos comprometemos con el «hacer», aprendemos a asumir riesgos, enfrentar errores y adaptarnos para mejorar. En última instancia, dejamos de ser espectadores de nuestras propias vidas para convertirnos en protagonistas activos de nuestro éxito.
El secreto está en dar el primer paso y seguir avanzando, porque como dijo Yoda en Star Wars: «Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes».
Preferir la acción
Hay una gran diferencia entre «tratar» de hacer algo y en realidad «hacerlo»:
– Cuando trata de hacer algo, esto puede o no suceder. Al tratar señala que está dispuesto a renunciar si surgen obstáculos inesperados.
– Por el contrario, cuando hace algo obtiene el trabajo hecho a pesar de las barreras, bloqueos, enganches, etc. Usted tiene toda la intención de hacer el trabajo, por lo tanto se mantiene buscando una solución hasta lograrla.
Entonces, ¿por qué la acción es la reina suprema? Hay varias razones muy válidas:
– Cuando se investiga algo primero en lugar de experimentarlo puede fácilmente engañarse por lo que se denomina «sesgo del investigador». Puede aceptar sus conclusiones como un hecho, aunque la metodología que el investigador utilizó para llegar a sus propias conclusiones sea sospechosa o defectuosa.
– Todo el mundo puede caer en la trampa de decir lo que haría hipotéticamente para luego hacer todo lo contrario cuando siente la presión. Cuando actúa demuestra definitivamente lo que hace.
– Cuando se hacen las cosas se puede tomar decisiones futuras sobre la base de la experiencia personal y knowhow en lugar de las teorías de tercera mano.
– Las estadísticas y las probabilidades son buenas para mostrar tendencias, pero no pueden predecir la trayectoria real de la vida. Cuando entra en acción separa la teoría de la realidad.
¿Por Qué la Acción es la Reina Suprema?
La acción es el motor que convierte las ideas en realidades y los sueños en logros. Por más brillante que sea un plan o más ambicioso que sea un objetivo, sin acción queda relegado al mundo de las posibilidades. La acción, en cambio, tiene el poder de transformar la intención en impacto y el pensamiento en resultados tangibles.
La verdadera magia de la acción radica en su capacidad de generar movimiento. Una vez que damos el primer paso, creamos un efecto dominó que impulsa el progreso y abre nuevas oportunidades. Incluso si el resultado inicial no es perfecto, actuar nos permite aprender, ajustar y seguir avanzando. En contraste, quedarse atrapado en la inacción por miedo al fracaso o al error solo perpetúa el estancamiento y alimenta la frustración.
Además, la acción no solo es poderosa por sus resultados externos, sino también por el efecto interno que produce. Cada paso dado refuerza nuestra autoconfianza, disciplina y sentido de propósito. Nos recuerda que somos capaces de moldear nuestra realidad y tomar control de nuestras vidas.
Por eso, la acción es la reina suprema: porque mientras el pensamiento planea y la intención sueña, solo la acción tiene el poder de hacer que las cosas sucedan. En palabras de Pablo Picasso: «La acción es la clave fundamental de todo éxito».
Deja de ser prisionero de las circunstancias Actúa ahora
Bibliografía:
Bernie Roth. Julio 2015. “El hábito del logro”. Editorial: Harper Business
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