Como bien sabemos, la felicidad no está implícita en el dinero que tenemos o dejamos de tener, sino en aquello que no cambiaríamos ni por todo el dinero del mundo. Esas cosas sencillas que iluminan el día a día cuando apreciamos lo que nos dan y lo que les ofrecemos en un intercambio de afectos que no tiene precio.
Debemos reconocer que llevar una vida plena y consciente, es saber entender en qué momento de tu vida estás, y en sentir tu presente, el aquí y ahora. Como bien menciona Carnegie (2013), en su libro “Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida”.
“Lo principal para nosotros no es ver lo que se halla vagamente a lo lejos, sino lo que está claramente a mano”.
Ahí, nos ofrece fórmulas prácticas para salir de situaciones que nos pueden preocupar y nos muestra cómo disminuir las preocupaciones financieras, revelándonos como agregar una hora diaria a nuestra vida activa y puntualizándonos como han de eludirse las perturbaciones emocionales.
Sera difícil pero es necesario por un lado ser conscientes que trabajar más horas da la oportunidad de tener más cosas, pero que a pesar de todo, se prefiere invertir tiempo en la familia y en contra parte, que cada esfuerzo vale la pena porque cada cosa nos hace feliz y ofrece felicidad a los nuestros.
Las preocupaciones disminuyen la posibilidad de disfrutar plenamente esas cosas sencillas que nos hacen felices, por ello es importante tratar de suprimirlas en lo posible como sugiere Carnegie y para ello nos sugiere o recuerda algunas reglas.
Regla Uno.
“Vivir, en el tejido de cada día y cada hora.”
No todos sabemos disfrutar de las cosas sencillas que ofrece la vida, quisa por incapaces de verlas o porque no sabemos apreciarlas inclinándonos al apego material, por la satisfacción inmediata, esa que no perdura.
Regla Dos.
“Ocuparse. La persona preocupada debe perderse en la acción, si no quiere marchitarse en la desesperación.”
Winston Churchill trabajaba 18 horas diarias durante la según-da guerra mundial. Cuando se le preguntó si no le preocupaban sus tremendas responsabilidades, contestó: “estoy demasiado ocupado. No tengo tiempo de preocuparme”.
Regla Tres.
“No detenerse en insignificancias.”
En el camino de la vida, nos encontramos con muchas situaciones desagradables que no pueden ser de otro modo. Las opciones son: podemos aceptarlas como inevitables o podemos desgarrarnos las vestiduras con una actitud de rebelión, y terminar lo tanto terminar con los nervios deshechos y sin sentido dado que la situación es inevitable.
Regla Cuatro.
“Cooperar con lo inevitable.”
Todos podemos soportar el desastre y la tragedia, e imponernos al estar obligado a ello. Se puede uno considera incapaz de hacerlo, pero son increíble como nuestros recursos interiores son enormes y solo se requiere que queramos utilizarlos. Somos más fuertes de lo que pensamos.
Regla Cinco.
“Ponerle un límite a su preocupación.”
Debemos eliminar el suplicio de las preocupaciones por hechos pasados y darles un enfoque constructivo consistente en analizar con calma nuestros errores, aprender de ellos, sacar provecho…y olvidarlos.
Regla Seis.
“Dejar de preocuparse por las cosas que ya pasaron, ya que no puede hacer nada al respecto.”
Todos podemos aserrar la madera pero no el aserrín. Este ya ha sido aserrado, y así ocurre con el pasado.
Regla Siete.
“Pensar y actúar animosamente para sentirnos animados.”
Debemos eliminar el suplicio de las preocupaciones por hechos pasados y darles un enfoque constructivo consistente en analizar con calma nuestros errores, aprender de ellos, sacar provecho…y olvidarlos.
Regla Ocho.
“Aprender a valorar lo que se tiene y dejar de preocuparse por lo que no se tiene.”
Es necesario beneficiarse con las pérdidas; esto exige inteligencia y marca la diferencia entre un hombre de juicio y un necio.
Regla Nueve.
“Lograra una actitud mental que nos procure paz y felicidad.”
Como muchas cosas, la actitud Mental es lo básico, la sencillez es una actitud mental y el equilibro es fundamental. Si nos aferramos a que lo material dará la auténtica felicidad, nos desviara de la verdadera felicidad de lo sencillo, dado que nos generará preocupaciones.
Regla Diez.
“no deje que las críticas le preocupen..”
La crítica injusta es frecuentemente un cumplido disfrazado. Significa muchas veces que hemos provocado celos y envidias. Recordemos que nadie golpea a un perro muerto.
Debemos eliminar el suplicio de las preocupaciones por hechos pasados y darles un enfoque constructivo consistente en analizar con calma nuestros errores, aprender de ellos, sacar provecho…y olvidarlos.
Por tanto, observar y apreciar las cosas sencillas de la vida nos ofrece un equilibrio mental que nos generará además, innumerables beneficios psicológicos.
Para evitar la fatiga y la preocupación Dale Carnegie nos sugiere:
1.- Despeje su mesa de todo papel que no se refiera al problema inmediato que tiene entre manos.
2.- Haga las cosas en orden de su importancia.
3.- Cuando tenga un problema, resuélvalo de inmediato. Si cuenta con los datos necesarios para tomar una decisión, no la posponga.
4.- Aprenda a organizar, delegar e inspeccionar.
“Ser feliz es cerrar los ojos y no desear nada más, y para ello, basta con que dejemos de medir la felicidad por el dinero que tenemos o dejamos de tener: sino por aquellas cosas sencillas que no cambiaríamos ni por todo el dinero del mundo.”
Según el propio Carnegie, el 70% de los pacientes que acuden al médico podrían curarse por sí mismos, sólo con librarse de sus miedos y preocupaciones.
Muchas de las enfermedades que padecemos son producto del estrés.
Las mejores herramientas para evitarlas son la meditación, el dormir bien, la música y ver el lado divertido de la vida.”
10 Reglas de Carnegie para una vida sin preocupaciones
Bibliografía:
Carnegie, David, (2003), “Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida”. Editorial: Sudamericana.
Sabater, Valeria. (2022). “Felicidad es saber apreciar las cosas sencillas de la vida”. Recuperado de: https://lamenteesmaravillosa.com/felicidad-saber-apreciar-las-cosas-sencillas-la-vida/